así creamos la

Huerta de la Amistad

Planteamiento del problema

En la actualidad, muchos de nuestros estudiantes tienen un conocimiento limitado sobre el origen de los alimentos que consumen y sobre los procesos agrícolas básicos. Por ejemplo, muchos desconocen de dónde provienen las semillas y cómo, a través del cultivo, se transforman en los alimentos que llegan a su mesa. Esta falta de comprensión se refleja en una menor conciencia acerca de la sostenibilidad, la correcta disposición de los residuos, la producción responsable de alimentos y la importancia de una buena nutrición.

Hipótesis:
Implementar un programa escolar de huerta puede fortalecer la conciencia ambiental y los hábitos alimenticios saludables en los estudiantes, al conectar directamente su aprendizaje con la producción, el cuidado y la gestión responsable de los alimentos.

Pregunta orientadora:
¿Cómo puede el programa de huerta escolar fomentar en los estudiantes una mayor conciencia sobre sostenibilidad, nutrición y responsabilidad ambiental?

Objetivo

Con nuestro programa de huerta escolar buscamos transformar esta realidad. A través de la siembra, el cuidado y la cosecha, los niños aprenden de manera práctica sobre sostenibilidad, nutrición y responsabilidad ambiental. Además, desarrollan habilidades esenciales como el secado y almacenamiento de semillas, la siembra de árboles, el cuidado de las plantas, la identificación de hongos y el manejo adecuado de los residuos orgánicos e inorgánicos.

Esta experiencia conecta su aprendizaje con la vida cotidiana y fortalece su conciencia sobre la importancia de producir, consumir y desechar de forma responsable, promoviendo así un compromiso real con el cuidado del medio ambiente.

Objetivos específicos

1. Aprender a gestionar los residuos y cuidar el entorno

Los estudiantes aprenden a separar correctamente los residuos, identificar materiales reciclables y crear su propio compost para reutilizar los desechos orgánicos en el cultivo de la huerta. Además, se busca que lleven estos hábitos a sus hogares, promoviendo una cultura de sostenibilidad dentro y fuera del colegio.

Desarrollar habilidades prácticas en agricultura urbana y manejo de residuos orgánicos: Capacitar a los estudiantes en técnicas de agricultura urbana a través de experiencias prácticas en la huerta escolar, donde aprenderán a seleccionar y secar semillas, sembrar y cuidar las plantas, hasta cosechar sus frutos, comprendiendo cómo la naturaleza produce los alimentos que consumimos.

Conectar a los estudiantes con el origen de los alimentos para que comprendan la importancia de una buena nutrición, el consumo responsable y la relación entre lo que cultivamos y nuestro bienestar.

Encontramos que a través de la huerta se adquieren habilidades como:

  • Educación ambiental: Los estudiantes aprenden sobre la naturaleza, la sostenibilidad y la importancia de cuidar el medio ambiente.
  • Nutrición: Fomentan hábitos alimenticios saludables al cultivar sus propios alimentos.
  • Desarrollo de habilidades: Los alumnos adquieren habilidades prácticas en jardinería y trabajo en equipo.
  • Vinculación con la comunidad: Fortalecen los lazos entre la escuela y la comunidad.
  • Sostenibilidad: Reducen residuos y promueven prácticas ecológicas.

En resumen, las huertas escolares ofrecen múltiples beneficios educativos, ambientales y sociales, preparando a los estudiantes para ser ciudadanos responsables y conscientes.

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